Un ejemplo de superación en la Donosti Cup
Carlos Verhoff, jugador del Wisconsin International, tuvo un accidente casi mortal que le pudo impedir jugar la presente edición del torneo.
El día 14 de diciembre de 2023, Carlos, en coche, salió del colegio en dirección a su hogar por la ruta habitual. Un camino que le cambió la vida y que lo pudo hacer mayor manera. Él junto a sus compañeros, se acercaron a una intersección donde tuvieron que parar, debido a que no podían ver si algún coche se avecinaba por la parte izquierda de la carretera, a causa de unos árboles que entorpecían la visión al conductor del vehículo.
En el momento en el que se aventuraron a cruzar la intersección, un Ford F-150, una camioneta de gran tamaño que iba por encima del límite de velocidad permitida como indica la madre del afectado, chocó contra el coche de los jóvenes, impactando lamentablemente por la puerta donde Carlos estaba sentado. Debido al fuerte golpe que recibió directamente del coche, Carlos tuvo que necesitar de ayuda médica urgente y las ambulancias trasladaron al jóven hasta el hospital más cercano.
Los demás integrantes del coche no sufrieron tantas lesiones, excepto su compañero que se sentaba al lado. “Mi mejor amigo también tuvo que ir al hospital, siendo un gran apoyo y ayudándome en la recuperación”, señala el joven estadounidense.
El parte médico indicó que tenía fracturada la pelvis, dañando internamente la zona de la uretra, teniendo que pasar por quirófano en una intervención de entorno a 4 horas. También padecía de rupturas en una vértebra y demás huesos de su cuerpo. Una de las evaluaciones más alarmantes fue cuando le detectaron un derrame de sangre dentro del cerebro que le ocasionó algunas pérdidas de memoria. El jugador del Wisconsin no recuerda nada de las primeras dos semanas de recuperación a pesar de haber estado consciente y de hablar con sus familiares y los médicos.
“Gracias a Dios, el sangrado interno de la cabeza no fue tan grave. A pesar de ello, hablaba de forma lenta y no podía razonar entre la realidad y el sueño. Cuando el Dr. Walter se estaba comunicando con nosotros y nos dijeron que no sabían si iba a poder volver a caminar”, señaló la madre.
Carlos estuvo ingresado en el hospital dos semanas, donde tuvo que recibir diariamente terapias de rehabilitación, tanto cognitivas, debido al sangrado cerebral, como físicas. Su madre declaró que dentro de lo malo que tuvo que sufrir su hijo, todo podría haber sido mucho peor. Esto es debido a que el golpe le originó una fractura en una de sus vértebras, sin llegar a tocar la espina dorsal, evitando así una posible parálisis.
Tras las graves lesiones, los tiempos marcados para la rehabilitación se acortaron y un tornillo que le introdujeron para la pelvis, se la van a extraer en escasos meses, como resultado de su gran mejora.
Carlos, tras finalizar su etapa escolar quiere ingresar a la Academia Naval de los Estados Unidos. El mismo afirma que tiene que obtener muy buenos resultados académicos, pero no le supone ningún problema. A pesar de todas las complicaciones y las muchas horas extraescolares que ha asistido, ha superado su curso de manera sobresaliente.
La Donosti Cup, conocedor del terrible suceso, estuvo en contacto con la familia constantemente e intercambiando mensajes vía e-mail con el propio Carlos. Asimismo, sus padres se sienten plenamente agradecidos por todo el cariño mostrado por la organización del torneo.
El jugador del Wisconsin International junto a sus familiares más cercanos consiguieron viajar a San Sebastián, cumpliendo así uno de los sueños que le impulsaron a recuperarse de sus graves lesiones: Jugar la Donosti Cup.