Una oportunidad única con un mensaje grabado en el corazón: “Sahara libre”

Todos los integrantes de la Selección del Sahara Occidental llevan el sentimiento de pertenencia hacia una bandera y un país grabado en el corazón. Ellos no han vivido en primera persona lo que es estar en los campamentos de refugiados, pero sus familiares sí, y es conmovedor cómo transmiten ese sentimiento allá donde van. Eso hace que el vínculo se estreche cada vez más y jamás se corte, porque como nos comenta Taguio Jatri, Responsable de instituciones de la Federación Saharaui de deportes, “lo fácil es estar viviendo en el mismo lugar que reside tu familia y no tener que vivir una vida paralela a la de ahí”. Ahora tienen una oportunidad única de hacerse ver y oír en un torneo internacional como la Donosti Cup, una oportunidad que, sin duda, no la van a desaprovechar.

Todo esto tiene como raíz el conflicto que se vive actualmente en la región del Sahara Occidental, un territorio considerado no autónomo por las Naciones Unidas, por el cual no cesa la disputa. Actualmente una gran parte de ese territorio está bajo el control de Marruecos, y el resto del territorio lo controla la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, la cual lo denomina Zona Libre. Ellos, los saharauis, luchan por un mismo objetivo: la liberación del Sahara. A día de hoy, y desde hace más de 40 años, muchos saharauis viven en campamentos de refugiados. Otros, en cambio, tuvieron que emigrar para poder tener una oportunidad para vivir dignamente.

Desde que aterrizaron en Donostia, todos los jugadores de la Selección del Sahara Occidental han demostrado tener una inmejorable actitud, regalando una sonrisa a todas esas personas que están haciendo que su estancia sea lo más amena posible. “La mayor parte de la Federación residimos en el País Vasco, es un lugar acogedor con gente maravillosa, sabíamos que nos iban a acoger de una excelente forma”, nos afirma Taguio Jatri. Además, tanto los jugadores como los entrenadores están “eternamente agradecidos” a la Fundación del Sahara Occidental y a la Donosti Cup, ya que les han brindado una oportunidad única para visibilizar y concienciar sobre la situación del pueblo saharaui mediante un arma tan poderosa como es el fútbol.

A nivel de Federación, es una oportunidad para visibilizarse como Organización Saharaui encargada del deporte en la diáspora. “El objetivo de la Federación es estar presente en todos los torneos de este calibre para promocionar lo que es la causa saharaui”, nos explica Mohamed, secretario de la Federación Saharaui de deportes. Además, Mohamed denuncia que ahora en verano con las altas temperaturas “se hace imposible vivir”. 

Todos los jugadores que componen la plantilla de la Selección del Sahara Occidental viven o en el Estado español o en Francia, pero la intención de la Federación era traer a nueve jugadores provenientes de los campamentos saharauis, un deseo que se vio truncado pocos días antes del inicio del torneo. Aunque entre ellos no se conozcan, todos los jugadores que sí han tenido la oportunidad de viajar a Donostia no han dudado en mandar mensajes de ánimo y de apoyo a esos nueve jóvenes. Esa es su forma de vida, porque más allá de que se conozcan o no y dónde hayan nacido o vivido, todos y todas tienen entre ceja y ceja luchar por la causa saharaui. Emociona ver reflejada la ilusión en sus rostros tras mucho tiempo de lucha y sufrimiento, un sufrimiento que, desgraciadamente, no cesa en sus familias. A pesar de su corta edad, todos y cada uno de ellos son conscientes de la trágica situación que viven los suyos, demostrando una madurez impropia pero a la vez necesaria en gente tan joven. Por ello, la bandera del Sahara Occidental nunca se separa de ellos.

Todos ellos saben que deben aprovechar esta oportunidad única, una semana de torneo en Donostia que, sin duda, no podrían disfrutar sin el trabajo y el esfuerzo de sus familiares. En las cortas pero bonitas entrevistas que hemos podido hacerles, al final de cada una de ellas, han querido mandar un mensaje de agradecimiento a sus padres, hermanos, abuelos y hasta primos. Se te eriza la piel al escuchar hablar con tanta emoción y agradecimiento de sus familiares, porque a pesar de que ellos no han podido venir aquí físicamente, su espíritu y corazón están con los jugadores.

Por último, cabe resaltar que a parte de toda la lucha, ellos han venido a disfrutar, y eso se puede apreciar perfectamente en su actitud. Siempre con una sonrisa, bromas, vaciles, bailes y mucho más, porque tienen claro que quieren y van a vivir estos seis días de una manera alegre. Tienen varias visitas y entrevistas previstas, algo que seguro que les hace mucha ilusión por su forma de ser, ya que a pesar de que solo hemos podido hablar con un par de jugadores, muchos de ellos también querían hablar y participar. Ahora les queda disfrutar, tanto en los partidos como durante el día, y vivir al máximo una experiencia única como la Donosti Cup, todo ello con un grito o lema común: “Sahara libre”.